España, finales de los años treinta. Carlos, un niño de 12 años es abandonado por su tutor en el orfanato Santa Lucía; una importante construcción aislada en un páramo desolado.
El colegio esconde, a lo largo de sus lóbregos pasillos, una serie de relaciones viciadas entre los adultos que viven allí: principalmente entre el cuarteto protagonista compuesto por Carmen ( la directora ), Casares ( un maduro profesor ), Jacinto ( el agresivo portero ) y Conchita ( una joven maestra ). Pronto surgirá una violenta revalidad entre Carlos y Jaime, un adolescente de carácter tortuoso y hostil que ejerce de líder natural para el resto de los niños.
Inmerso en este universo cerrado cuyas normas desconoce y rodeado de muchachos abandonados o sin familia, Carlos irá vislumbrando poco a poco el trágico secreto que permanece grabado en sus muros.
Desde su primer día en Santa Lucía, ante los aterrorizados ojos de Carlos comenzará a aparecer, una y otra vez, la imagen de un niño cadvérico que tratará persistentemente de comunicarse con él. Carlos no tardará mucho en sospechar que ese susurrante espectro infantil de intenciones nada claras es, en realidad, el fantasma de un antiguo alumno llamado Santi, desaparecido hace tiempo en circunstancias misteriosas. Sediento de venganza, el espíritu de Santi utilizará al nuevo interno para saldar la sangrienta deuda pendiente con su asesino: una venganza que se cumplirá finalmente de forma cruel, terrible e inesperada.